Entrevista – HAZALDI

¿Cómo comienza a realizar su labor Hazaldi y cuál ha sido su andadura hasta la fecha?

En España las hijas de la caridad fueron las primeras en empezar a trabajar con este tipo de problemáticas y realidades.  La labor era realizada completamente por hermanas religiosas. Trabajábamos las 24 horas del día los 7 días de la semana.

Poco a poco la cosa fue cambiando y se incorporaron dos personas seglares, pero había mucho trabajo y la mayoría de las noches las hermanas se tenían que levantar para ayudarles a dar el biberón. Con el paso del tiempo se fueron aumentando las plazas de educadoras, poniendo una en cada grupo  hasta llegar al momento actual.

En la actualidad, sigue habiendo hermanas, una hermana en cada grupo, pero el resto son educadoras e integradoras. Tenemos el personal justo y hay que hacer encaje de bolillos para cuadrar ya que los niños y niñas necesitan atención las 24 horas del día.

¿Cuál es el circuito por el que llegan los niños y niñas?y ¿de qué edades y en qué condiciones?

A día de hoy tenemos niños y niñas desde los 0 años hasta los 12 años. Sin embargo, si son hermanos/as  pueden estar hasta los 18 años, la idea es no separarles.

Por norma general, la primera acogida de urgencia es de los 0 años hasta los 12 años. Muchos y muchas uelen venir recién nacidos con tres o cuatro días de vida.

Algunos pueden ser de renuncia y entonces están las primeras seis semanas de vida. Si la madre vuelve a renunciar a ellos/as salen en adopción.

Cuando las madres quieren hacerse cargo de ellos/as, se  les pone un plan intensivo. Vienen a darles el pecho o el biberón, a cambiarles y se van capacitando en atender y cuidar de sus hijos e hijas.

En el caso que los progenitores no sean capaces, los niños y niñas pasan a un sistema de acogimiento. Este acogimiento puede ser simple, permanente o en categoría de adopción.

Por su parte, es muy corriente que sean niños/as con problemas de salud. Que tienen problemas y necesitan ayuda, cariño y acompañamiento. Muchos y machas de las niñas que vienen aquí piensan que la culpa de su situación la tienen ellas, esto es muy duro y triste. Hay que hacer un trabajo muy importante para desmontar ese pensamiento.

El objetivo final es que estos niños y niñas vuelvan con sus familias o encuentren una familia nueva que les de todo el cariño y amor que necesitan y merecen. Con la familia natural también se trabaja. Algunas tienen ganas y se trata de un problema de ir cogiendo habilidades, pero otras no, son nocivas para los niños y niñas. Con las familias que se puede trabajar se hace terapia, trabajos en grupo hasta conseguir su rehabilitación, por así decirlo.

¿Cómo os afectó la pandemia?

Cuando comenzó la pandemia teníamos 20 niños y niñas en la casa. Tres meses sin salir. Fue muy duro. No podían tener visitas, fueron tres meses sin ver a sus progenitores y aunque hacíamos video llamadas, no fue lo mismo.

Los tres meses de la pandemia también nos dieron buenas sensaciones. Por ejemplo, los niños mejoraron un montón, organizábamos actividades, jugábamos, hacíamos gimnasia, bailábamos, hacíamos los deberes.

Hasta tal punto les fue bien que en ese periodo todos los niños y niñas escolarizadas aprobaron todo. Se serenaron. Algo que no pasa ahora.

Y es que las visitas les mueven por dentro, en muchos casos los progentores les engañan y les dan falsas expectativas y esto les hace mucho daño. Otra cosa que pasa es que, por ejemplo, cuando llegan aquí los niños van cambiando y mejorando y piensan que sus progenitores en ese tiempo también han cambiado, pero en muchos casos eso no es así.

¿En qué situación os encontráis en la actualidad?

Ahora mismo tenemos 21 niños y niñas y tenemos 22 plazas así que estamos casi llenos. En cuna tenemos 10 plazas. Estos niños tan pequeños sólo deberían estar aquí un máximo de seis meses y tenemos niños y niñas que tienen 15 meses y llevan 12 aquí. Estos y estas menores tendrían que estar en acogimiento familiar. Según la ley, menores de tres años no tendrían que haber ninguno en una institución. Que estén aquí significa que la red de acogimiento familiar no funciona como debería.

No creo que el problema esté en la gente los y las ciudadanas de vitoria son generosas, pero algo está fallando a otros niveles. Han debido de aumentar mucho las familias que quieren acoger niños de ucrania, pero mientras aquí hay muchos niños y niñas que necesitan de igual manera una familia.

Aquí hay niños muy necesitados, y que serían la alegría de cualquier matrimonio. Los primeros meses de vida son muy importantes para el apego. Y estos niños ven a mucha gente pasar, demasiada.

¿Qué pasos tiene que dar una familia si está interesada en acoger o en adptar?

Cuando una familia quiere acoger a un niño tiene que pasar por un proceso de formación y concienciación. El proceso de acogimiento no es fácil y en muchas ocasiones es duro y exigente. Al principio, la relación con los menores puede ser complicada. Necesitan acompañamiento y consejo. Hay muchas familias que no pasan el proceso.

¿Cómo valoráis vuestra pertenencia a AISA?

La pertenencia a AISA la valoro como muy positiva. Si es verdad que últimamente no podemos participar mucho de las actividades de la red porque tenemos muchísimo trabajo y casi no disponemos de tiempo, pero cuando hemos podido, así lo hemos hecho.

El trabajo de AISA es fundamental para la mejora de las condiciones laborales de os personas trabajadoras, pero también para la propia existencia y razón de ser de las entidades.

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